Tendemos a responder focalizándonos en lo que falla, en lo que no va bien, en las carencias que sufrimos.
Lo cierto es que efectivamente gran parte de las personas que en algún momento acuden a mí, suelen tener como motivo de consulta algún síntoma; sentimientos o pensamientos que le generan sufrimiento. El otro tanto por ciento de las personas que piden cita es por querer mejorar algún aspecto de su vida que entienden que podría ir mejor o prevén que les podría generar algún inconveniente.
También acuden personas que tienen dudas con respecto a procesos en los que están inmersos (duelo, figura cuidadora principal de otra persona que está enferma, cómo realizar una separación con responsabilidad familiar, intentando minimizar el daño hacia los diferentes miembros) y dudan o les gustaría obtener más información sobre cómo gestionarlo.
Cualquier motivo que para ti sea importante no dudes en escribirme, estaré encantada de responder.