¿Alguna vez te ha pasado ir conduciendo y llegar a casa sin ser consciente de cómo has llegado hasta allí? Como si tu cerebro se hubiera quedado dormido unos kilómetros antes de llegar. ¿Te ha ocurrido que alguien te haya recomendado un fabuloso restaurante que ha resultado estar justo en la misma calle por la que sueles pasar todos los días? ¿Alguna vez te ha ocurrido que has querido desconectar del estrés y tu mente se quedó sentada delante de tu mesa de trabajo? Si alguna vez te ha pasado esto significa que tu cerebro ha activado el piloto automático y se ha quedado anclado en el pasado o en el futuro. Vivir de esta manera lo que genera es una estado de estrés permanente con las consecuencias sobre el organismo que tiene permanecer en un estado de alerta constante. Si quieres leer un artículo donde se explica las consecuencias directas sobre el organismo pincha aquí.
“A través de la práctica de la atención plena, tanto en instancias formales como en la vida cotidiana, el practicante se vuelve progresivamente capaz de reconocer y observar sus pensamientos como pensamientos en vez de tomarlos como si fuesen hechos indiscutibles, desidentificándose gradualmente de sus contenidos mentales y de las emociones conflictivas asociadas, pudiendo así evaluar con mayor amplitud cada circunstancia vivida y poder responder creativa y efectivamente, en vez de reaccionar automáticamente desde sus patrones habituales”
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